Instituto Biocéntrico



Instituto Biocéntrico
Creatividad es una actividad que forma parte integrante de la transformación cósmica. Un camino del caos al orden. En el ser humano se manifiesta como impulso de innovación frente a la realidad. La actividad creativa organiza un lenguaje único a partir de la vivencia. La obra de creación es siempre el expresivo resultado del acto de vivir
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Si el acto de vivir es una manifestación sutil del portentoso movimiento de un universo biológicamente organizado y en permanente “creación actual”, la creatividad humana podría considerarse como una extensión de esas mismas fuerzas biocósmicas expresadas a través de cada individuo. Nosotros somos el mensaje, la criatura y el creador al mismo tiempo.

Comprendo las dificultades intelectuales que esta idea comporta para quienes acostumbran abordar el fenómeno creativo como una manifestación del espíritu. Llegó la hora de asumir que nuestra grandeza no está en el espíritu, sino en la existencia. Y dicho de una manera aún más radical, nuestra grandeza es nuestra vida. Tenemos, por lo tanto, que abandonar los tradicionales enfoques de la Psicología de la Creatividad, para entrar de lleno en la narrativa de lo extraordinario.

El concepto elitista que separa a los creadores de las personas comunes no representa sino uno de los tantos prejuicios culturales que, en el fondo, refuerzan la trágica disociación del hombre y su obra.
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No estamos proponiendo la actividad creativa como un modo de psicoterapia a la manera de Arte-Terapia, Danzaterapia o Musicoterapia, sino como el desarrollo natural de la función creativa. Aunque eventualmente estas técnicas producen efectos terapéuticos reconocidos, sus objetivos se restringen a los enfermos.

Una concepción biológica de la creatividad se aproxima al tema de la inocencia creadora, en el sentido de permitir la aparición a nivel individual del genio de la especie, se trata de facilitar y no reprimir el acto de fructificar.

Nuestra propuesta es permitir la expresión de los impulsos naturales creativos. La creatividad es, así como la función sexual o la función de autotrascendencia, una extensión del proceso de vivir.

La vivencia durante el acto creativo es cercana al estado creativo, hasta tal punto que el artista cuando contempla su obra le parece increíble ser el autor. Es como dejar crecer una semilla interior, florecer y dar frutos.

La vida humana puede semejarse así a un árbol que surgiendo de una semilla se hace fuerte y fecundo, nutrido por la savia inmemorial del amor. Florecer y fructificar, en forma tan generosa que sus ramas se despedazan por el peso de los frutos.

 Rolando Toro (extraido del material de formación de Escuela)